La ensalada templada Niçoise es un plato lleno de frescura y complejidad, que he creado para ofrecer una experiencia sabrosa y equilibrada. Comienza con aguacate, que aporta una textura cremosa y un sabor suave, perfecto para equilibrar los ingredientes más robustos. Los fideos de calabacín le dan un toque fresco y ligero, además de una textura crujiente que contrasta con la suavidad del aguacate.
Las patatas cocidas, en su punto exacto de cocción, ofrecen una base suave y reconfortante, mientras que las espinacas añaden un toque verde y un leve amargor que refresca el paladar. Las judías verdes, ligeramente cocidas al dente, mantienen su crujido y añaden frescura al conjunto.
El huevo a baja temperatura es el toque final, con la yema cremosa y suave, que al romperla se mezcla con los demás ingredientes creando una capa de sabor rica y sedosa. Para rematar, he preparado un aliño de mostaza, que con su toque ácido y ligeramente picante, une todos los ingredientes en un equilibrio perfecto.
Este plato es la combinación de lo rústico y lo elegante, con ingredientes frescos y de temporada que se complementan a la perfección. La ensalada templada Niçoise es una opción ideal para quienes buscan una comida ligera pero con carácter, cargada de sabor y matices. ¡Te invito a probarla!


La ensalada Niçoise tiene una historia fascinante que se remonta a la región de Niza, en la Costa Azul de Francia, y es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía provenzal. Su origen se encuentra en las raíces humildes de la cocina local, donde era común preparar platos sencillos con los ingredientes frescos y abundantes que se cosechaban en la región, como el tomate, aceitunas, pescado y huevos.
La versión más tradicional de la ensalada Niçoise se compone de atún, judías verdes, huevos duros, tomates, aceitunas negras y anchoas, todo aliñado con aceite de oliva y vinagre. El plato, que tiene sus orígenes en el siglo XIX, se convirtió en un símbolo de la cocina mediterránea debido a su frescura, sencillez y el uso de ingredientes locales.
Sin embargo, la ensalada Niçoise templada, como la que preparé, es una reinterpretación más moderna del clásico. En lugar de atún, esta versión puede incluir proteínas más variadas o ingredientes frescos que se sirven ligeramente calentados, como en el caso de las patatas cocidas y el huevo a baja temperatura. Estos ingredientes se incorporan para mantener la esencia de la ensalada original, pero con un giro contemporáneo.
El uso de ingredientes como el aguacate y los fideos de calabacín también es una adaptación que refleja la evolución de la cocina moderna, donde se busca fusionar sabores frescos con un enfoque más saludable y creativo. El aliño de mostaza, por su parte, le da un toque distintivo que no estaba presente en la receta original, pero que complementa perfectamente el conjunto.
Así, la ensalada templada Niçoise mantiene su legado provenzal, pero se adapta a los gustos y tendencias actuales, haciendo honor a la versatilidad de la cocina mediterránea y a la riqueza de sus ingredientes.