Sopa de Cebolla Gratínée
Disfruta de una auténtica Sopa de Cebolla francesa, una receta clásica de la tradición parisina. Elaborada con cebolla caramelizada a fuego lento, combinada con un caldo de carne profundo y sabroso. Se sirve con una tosta crujiente de pan y un toque de queso Gruyère fundido que se gratina perfectamente, creando una capa dorada irresistible. Un plato reconfortante y lleno de sabor que te transportará directamente a las cálidas brasseries de París.


La Sopa de Cebolla Gratínée, conocida simplemente como sopa de cebolla francesa, es uno de los platos más representativos de la gastronomía francesa, especialmente en la cocina parisina. Su origen data del siglo XVIII, aunque se convirtió en un plato emblemático más adelante, en el siglo XIX.
Orígenes e Historia
La sopa de cebolla tiene raíces humildes. En sus primeros tiempos, este plato era considerado una comida económica para las clases bajas, ya que se elaboraba con cebollas, un ingrediente barato y abundante. Se decía que los franceses recurrían a esta sopa como un alimento reconfortante durante los fríos inviernos. La mezcla de cebolla caramelizada con caldo de carne o agua era fácil de preparar, económica y proporcionaba una buena fuente de nutrientes.
Evolución y Popularización
La versión más conocida hoy en día, con queso gratinado y pan tostado, se popularizó en París durante el siglo XIX, cuando la receta fue perfeccionada y refinada por los chefs franceses. La inclusión del queso Gruyère derretido y la capa de pan tostado gratinado en la parte superior transformaron la sopa de cebolla en un plato mucho más sabroso y reconfortante, que empezó a ser servido en bistrós y brasseries parisinas.
La sopa de cebolla gratinada ganó fama no solo por su sabor, sino también por su capacidad para atraer a turistas. Se convirtió en un símbolo de la cocina francesa rústica y en una de las opciones más apreciadas en los menús de los restaurantes tradicionales, especialmente en aquellos cercanos a las zonas turísticas de París.
El Plato Hoy
Hoy en día, la Sopa de Cebolla Gratínée sigue siendo un clásico de la gastronomía francesa, servido en todo el mundo. Aunque su origen modesto ha sido transformado por la alta cocina, mantiene su esencia reconfortante y su sabor inconfundible. La sopa es un homenaje a la simplicidad y al sabor profundo de los ingredientes frescos y bien preparados.
Este plato es considerado uno de los máximos exponentes de la cocina francesa tradicional, no solo por su sabor, sino también por su historia, que refleja la evolución de la gastronomía popular a la alta cocina.